El Invierno

nos pide introspección y descanso

En invierno, la naturaleza aparece sumida en la quietud.

El Yang se ha escondido en el interior de la tierra, y con él, el calor y el movimiento disminuyen.
Se considera que la energía en esta estación se conserva, hasta que vuelva a emerger en primavera. Es la época de máxima interiorización de la naturaleza, el momento más Yin del año. 

El Yin representa la oscuridad, el frío, la lentitud y el reposo, que contrasta con el Yang del Verano, cuya energía representa cualidades luminosas, cálidas, rápidas y expansivas. El clima del verano es cálido, los días son más largos y la gente hace más actividad en el exterior, en cambio, en invierno, los días son cortos y fríos, hay menos luz y la energía es de introspección y reposo. Es un momento para mirar hacia adentro; la tranquilidad y la quietud del invierno nos permite escuchar a un nivel más profundo.

El invierno se vincula al elemento Agua y a los Riñones, que están asociados a nuestra “esencia” más profunda, a nuestros rasgos heredados, al potencial reproductivo y a nuestras reservas de energía más profundas. 

Los ciclos de crecimiento y desarrollo a lo largo de la vida también se relacionan con el funcionamiento de los Riñones. Los huesos, incluida la médula ósea y el líquido cefalorraquídeo, los dientes, el crecimiento del cabello y los ciclos profundos de desarrollo están gobernados por la función de los Riñones.

En medicina tradicional china, los órganos tienen funciones fisiológicas, pero también psicoemocionales, por ejemplo, a los Riñones se los relaciona con la emoción del miedo, el susto y el shock. 

El miedo es una emoción normal y saludable cuando somos capaces de procesarlo y escuchar lo que nos puede estar pidiendo en un momento dado, su existencia depende de la debilidad o fortaleza del Riñón. Sin embargo, el miedo, tanto súbito como prolongado, puede resultar especialmente dañino para este órgano. 

En situaciones de ansiedad y miedo crónicos, el miedo puede agotar al Riñón y causar palpitaciones, insomnio y boca seca. En caso de un miedo intenso, la respiración se vuelve rápida y superficial, y puede que se produzca una sensación de ahogo.

Por otro lado, la voluntad y el impulso de crecer y desarrollarnos también depende del Riñón, igual que el impulso por el que brota, crece y se desarrolla una planta a partir de una semilla, el ser humano comparte esa misma voluntad de crecer a partir de su propia semilla. Decimos por ello que el Riñón determina la fuerza de nuestra voluntad, tanto de existir como de llevar las cosas a cabo. 

Un Riñón fuerte implica una voluntad igualmente fuerte, firme y resolutiva, concentrada en los objetivos que uno se ha fijado y determinada a conseguirlos, proporcionándonos ese empujón para terminar proyectos y seguir adelante hasta alcanzar la meta. 

Si por el contrario el Riñón está débil, la voluntad será igualmente débil, descartaremos con facilidad nuestros objetivos y perderemos pronto la motivación por llevar adelante los proyectos.

Si el Riñón está fuerte, nuestra voluntad será firme y resolutiva, proporcionándonos ese empujón para terminar proyectos y seguir adelante hasta alcanzar la meta.

¿Quieres saber el secreto para pasar un buen invierno, tanto a nivel físico como emocional?

Lo primero, descanso y recogimiento, fundamental para que el cuerpo pueda nutrirse y regenerarse. Muy importante no hacer excesos de trabajo o de actividad, en invierno dormimos y descansamos más que en otras estaciones del año. Demasiada actividad, exagerar cualquier cosa y centrarse demasiado en el mundo exterior agotará al Riñón, por lo que nos podemos sentir muy cansados y sin ánimo para llevar a cabo nuestros proyectos.

Muy importante también… evitar el frío, sobre todo en la zona lumbar y los pies. Si mantenemos el calor interno, estamos apoyando todas las funciones metabólicas del cuerpo. Es muy recomendable, en invierno, sumergir los pies en agua caliente y sal, antes de irnos a dormir. Esto nos aytudará a calentar el cuerpo, relajar la mente y reforzar el Riñón

Si dejamos que el frío penetre en el organismo podemos sentir cansancio y fatiga, reducción del flujo sanguíneo provocando mala circulación, digestiones lentas, músculos y articulaciones tensos y contraídos, lo que provoca dolores y molestias, por ejemplo, rigidez o dolor en la parte baja de la espalda, disminución del deseo y la función sexual, y menstruaciones dolorosas.

Si quieres saber más sobre las características propias del invierno y cómo organizar tus rutinas, tu alimentación y tu práctica de yoga, según las necesidades de esta estación tan fría, únete al curso «El arte del cultivo de la vida en invierno». Y si necesitas ayuda para transitar esta estación, contáctame para un tratamiento de medicina tradicional china.

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