El otoño
Lo cierto es que la vida moderna nos ha llevado a un ritmo de vida que nos separa y nos aleja de la naturaleza y sus ritmos, sus cambios.
Sin embargo, es fundamental para nuestra salud comprender estos cambios estacionales y saber cómo adaptarnos a ellos porque nos afectan tanto a nivel físico, energético, y mental.
Según la medicina tradicional china, el otoño es la estación en la que predomina la sequedad, y hay un movimiento energético de contracción, que nos lleva a un estado de ánimo más introvertido, en el que la mirada se dirige hacia dentro.
El otoño corresponde a los Pulmones y al Intestino Grueso, es decir, estos son los órganos que están más activos y vulnerables en este momento del año. Nuestros Pulmones son más susceptibles a los “males” respiratorios y necesitan más apoyo para transitar este cambio estacional.
El Intestino Grueso se asocia con la acción de “soltar”, así como los árboles se deshacen de lo viejo, es posible que necesitemos dejar ir cosas que ya no nos sirven, a pesar de su utilidad anterior.
Emocionalmente, el otoño se asocia con la tristeza y la pena y, a medida que cambia la estación, es posible que sintamos estos sentimientos con mayor fuerza, e incluso nos podemos sentir cansados, con ganas de abandonar proyectos o un desanimo general.
La medicina tradicional china nos ofrece unas enseñanzas milenarias que nos ayudan a transitar cada estación en armonía desde una comprensión muy clara de que lo que sucede en la naturaleza.
Esta comprensión nos ayuda a entender lo que pasa en nuestro cuerpo y cómo nos afecta cada momento del año a nivel emocional y físico.
En otoño cuidamos los Pulmones y así aumentamos la inmunidad, apoyamos la respiración, hidratamos la piel, y reforzamos todas las funciones relacionadas con el Pulmón, entendido según la medicina tradicional china .
Cada estación genera diferentes alimentos que apoyarán mejor a nuestro cuerpo en ese momento. En otoño, cuando nuestro cuerpo tiende a la sequedad y al frío, necesitamos comer alimentos que calienten y que enriquezcan nuestro Yin (la sustancia nutritiva del cuerpo, compuesta por sangre y líquidos), además de evitar alimentos fríos y crudos.
Ahora que el frío y la sequedad se van imponiendo, es muy beneficioso consumir sopas y guisos que nos ayudarán a mantener el cuerpo caliente e hidratar el Pulmón.
Una de las funciones que realiza el Pulmón es hidratar la piel y las mucosas, por tanto podemos conocer el estado del Pulmón observando si la piel está suficientemente hidratada. Hay alimentos que nos ayudan a restaurar el equilibrio de este órgano, por ejemplo manzanas y peras, que nutren y humedecen el Yin de Pulmón, por lo que son muy recomendables en otoño.
Otra recomendación sería también beber agua tibia o infusiones calientes durante todo el día, ya que te ayudará a calentar el cuerpo y nutrir el Yin de Pulmón (hidratarlo).
El Pulmón también se encarga del estado de nuestro sistema inmune, por tanto, si nos resfriamos muy a menudo en otoño, es un signo de que este órgano está en debilidad.
De hecho, hay un tipo de resfriado, causado por la sequedad ambiental típica de otoño y comienzos del invierno, que empieza con una tos persistente, sin flema, que tiende a hacerse crónica y se caracteriza además, por la sensación de sequedad en la boca y la lengua.
Para curar este tipo de resfriado te recomiendo un remedio casero muy fácil:
Hervir en agua varias peras troceadas, un limón partido, y miel de abeja. Tomar la infusión y la pera caliente, dos veces al día. Esta bebida suele prepararse para varios días, pudiéndose guardar en la nevara una vez que se haya enfriado.
Espero que hayas disfrutado con este artículo, si quieres aprender más sobre las características del otoño y cómo éste nos afecta, te recomiendo unirte a los cursos, online y presenciales, sobre el movimiento estacional Si necesitas ayuda para equilibrar tu cuerpo y tus emociones en otoño, puedes consultar las sesiones de acupuntura y fitoterapia que ofrezco, tanto presencial como online.