El verano

Plenitud, expresión e integración completa de nuestro ser

Lo que mueve el mundo exterior se mueve dentro de mí.

Si observas los cambios de estaciones te darás cuenta de que el verano es un momento de crecimiento de la energía en la Naturaleza… y verás que la energía está en su máxima expansión, los árboles dan frutas, el clima es caliente y los días son largos y luminosos. Es un buen momento para la actividad, la expansión, el movimiento y la comunicación.

El verano corresponde al elemento Fuego y representa el grado máximo de nuestra maduración y desarrollo; el Corazón y el Intestino Delgado son los órganos asociados a esta estación.

En medicina china se compara el papel del Corazón con el de un «emperador», que gobierna sobre órganos y entrañas, y asegura el funcionamiento armónico del organismo. Además, se dice del Corazón que alberga al Espíritu, al “Shen”,  considerado como el aspecto más sutil y etéreo del cuerpo

El Corazón impulsa la sangre, alberga el Espíritu, mantiene la conciencia. 

Al igual que el sol proporciona calor y luz a toda la creación, también el Corazón infunde al cuerpo de conciencia, sensaciones y sentimientos. El Corazón establece una interconexión entre nuestra vida íntima y el universo externo.

Los clásicos resumen la acción del Corazón en cinco funciones o atributos: gobierna la sangre, controla la sudoración, tiene como emoción la alegría, se manifiesta en la tez y la lengua, y alberga el Shen.

El concepto de “Espíritu” o “Shen” engloba tanto las funciones mentales y cognitivas del ser humano (lo que definimos como «alma consciente»), como el conjunto de manifestaciones externas que nos permiten calibrar la vitalidad de la persona, como la vivacidad de la mirada, la claridad y coherencia del habla, y la rapidez de reflejos. 

En medicina china se considera que todos estos aspectos dependen del Corazón.

Además, se afirma que «la sangre del Corazón es la raíz del Espíritu», por lo que, si hay sangre suficiente, éste se mantendrá firmemente arraigado y en calma, la mente será clara y ágil.
En cambio, si hay un vacío de sangre, el Espíritu «se desarraigará» y, como se trata de una sustancia sutil y volátil, tenderá a huir, a abandonar su morada, provocando agitación, nerviosismo, ansiedad e insomnio.

El Espíritu o “Shen” reside en el Corazón y representa la actividad mental que realizamos de forma consciente; de él dependen la memoria, las ideas, el sueño, la conciencia, el pensamiento, la inteligencia y la sabiduría.

Si el Corazón está sano, seremos conscientes de nuestros actos y podremos llevar una vida emocional equilibrada, pero si el Corazón está alterado, habrá ansiedad y dificultad para pensar con claridad. 

El verano es el momento de dar expresión al Corazón, al Espíritu y a la alegría, que es la emoción asociada a este órgano…. pero el Corazón es un órgano que sufre mucho por el exceso de calor y al que hay que cuidar con atención durante el verano, a través de la alimentación, hábitos y rutinas, y manteniendo una práctica de yoga y meditación adecuada.

Nuestro cuerpo aprovecha el calor del verano para eliminar de manera eficaz las toxinas y deshechos a través de la transpiración; el calor dilata, aumenta el flujo sanguíneo y purifica. El calor irradia, se transmite… está ligado a la apertura del Corazón. 

Entonces, la cuestión es… cómo adaptarse adecuadamente al calor… ya que, en verano, pasamos horas en la playa, absorbiendo calor de manera desmedida, y luego nos refugiamos en ambientes con aires acondicionados demasiado fuertes o bebemos bebidas demasiado frías.

Los aires acondicionados cierran los poros de la piel que limitan y frenan la sudoración; las bebidas frías provocan que el cuerpo reaccione al frío elevando la temperatura corporal, lo que nos lleva a beber más bebidas frías en un círculo vicioso.

Para acomodarnos a los cambios estacionales debemos seguir los procesos y movimientos de la naturaleza, sin oponernos a ellos o tratar de frenarlos.
En verano seguimos las horas de luz…  levantándonos temprano y acostándonos más tarde… evitamos las horas más cálidas del día haciendo una buena siesta. 
Buscar la sombra y la fresca, o tomar bebidas templadas son formas eficaces de adaptar la temperatura de nuestro cuerpo al calor estival.

La práctica de yoga y la meditación nos ayuda a regular la circulación energética y sanguínea, beneficiando al Corazón.
Además, calma la mente y nos da sosiego, refresca la energía vital y nos armoniza con la energía que nos rodea. De esta manera, podemos acomodarnos al calor de la estación estival, y aprovecharnos de sus beneficios. 

Si te interesa saber más sobre los cambios estacionales, aprendiendo nuevos hábitos y rutinas que te ayudan a sentirte bien durante estas transiciones, te invito a que te unas a los cursos online de “El arte del cultivo de la vida”, donde aprenderás cómo adaptar la práctica de yoga y meditación a cada momento del año, así como a usar alimentos e infusiones que apoyan tu salud en cada estación. 

La acupuntura y la fitoterapia te ayudará a resolver desequilibrios que se agravan durante los cambios estacionales.

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